viernes, 17 de junio de 2016

EL CONGRESO MUNDIAL JUDÍO EN LA ARGENTINA


El Congreso Judío Mundial llega a la Argentina
- fragmento –




Por J. Tomás Brennan
Revista Cabildo N° 117, Mayo-Junio 2016.



El martes 15 de marzo de 2016 se inauguró en la ciu­dad de Buenos Aires el Congreso Judío Mundial (CJM); por pri­mera vez en America Latina con la participación de cuatrocientos líde­res judíos de setenta países. La ra­zón principal por la cual se celebró en Buenos Aires fue la elección de Mauricio Macri como presidente de la Argentina.
Durante los doce años de los co­rruptos gobiernos de Néstor Kirchner y de Cristina Fernández Wilhelm de Kirchner, los intereses sio­nistas en la Argentina se expandie­ron de modo extraordinario.
La pérdida absoluta de credibili­dad e imagen negativa, así como el definitivo fracaso económico, social e internacional de la Administra­ción Kirchner tornó imposible su continuidad. Los dos candidatos al­ternativos, Daniel Scioli y Mauricio Macri, estuvieron rodeados y apo­yados por conspicuos economistas, asesores y gurúes del partido sionis­ta. Ambos candidatos mostraron total reverencia por sus patrones sionistas.
Por ejemplo, el principal asesor económico de Scioli era Mario Blejer, asesor “sénior” del Fondo Mo­netario Internacional, ex presidente del Banco Central de la República Argentina, ex Director de Estudios del Banco de Inglaterra, asesor del Banco Central de Israel, y director del poderoso grupo IRSA de Eduar­do Sergio Elsztain, del Banco Hipo­tecario y de YPF (la empresa estatal de petróleo).
Pero Macri -como sucede con frecuencia en America Latina- ya había sido elegido antes, no precisamente en una competencia elec­toral democrática.
Los vínculos políticos de Macri lo ligan a intereses judíos no sólo en la Argentina (Elsztain/Irsa), sino también a Israel. Siendo Jefe de la Ciudad Autónoma de Buenos Aire; Macri visitó Israel el 6 de julio de 2014 para reunirse con el Presi­dente Netanyahu y firmar absurdos acuerdos de cooperación tecnológica en asuntos de defensa y seguri­dad.
De nuevo, a principios de 2016 el ahora Presidente de la Argentina se reunió con el Presidente Netan­yahu en Davos, durante el Foro Económico Mundial, al que regular­mente ha asistido durante años. Macri no es brillante pero ha apren­dido a proyectar la imagen políticamente correcta. En ese proceso a veces se ha demostrado fatalmente ingenuo: por ejemplo, cuando en un programa de televisión confesó espontáneamente que cuando tuvo que elegir al Jefe de la recientemen­te fundada Policía Metropolitana de la ciudad de Buenos aires, visitó a funcionarios de la CIA (Agencia Central de Inteligencia de los Esta­dos Unidos) y del Mossad (el servi­cio de inteligencia israelí) para que lo asesoraran, y procedió de consu­no, es decir, designó al hombre se­ñalado por ellos.
Ronald Lauder, el Presidente del poderoso Congreso Judío Mundial, sostuvo que las razones principales para la realización del encuentro eran impulsar la investigación de la explosión que demolió la Embajada de Israel en Buenos Aires en 1992 y la detonación que destruyó el edi­ficio de la AMIA (Asociación Mutual Argentino-Israelí) en 1994, así como la investigación del asesinato ocurrido en enero del 2015 de Alberto Nisman, el fiscal que tenía a su cargo la investigación de ambos atentados.
Después de veinte años de investigaciones -y de oscuras opera­ciones de encubrimiento- el siste­ma judicial       argentino     no      ha      llegado a ninguna conclusión esclarecedora respecto de la responsabilidad de los mismos,- la pista siria fue aban­donada y la pista iraní no ha arrojado ningún resultado cierto.
Sin embargo, el lobby sionista presiona sobre esta última hipótesis que, en cualquier caso, fue utilizada por el Presidente Netanyahu en su visita a los Estados Unidos el 3 de marzo de 2015 para atacar a Irán como una "amenaza al mundo entero" y manifestar su oposición a los acuerdos entre los Estados Unidos e Irán. En el caso de la muerte de Nisman no hay prácticamente duda de que fue asesinado. Nisman habría trabajado en estrecha cola­boración con la CIA y con el Mos­sad. Las dos consecuencias princi­pales de la muerte del fiscal fueron un daño político terminal al gobier­no de Cristina Fernández de Kirch­ner y el mantenimiento vivo de la pista iraní, que poco antes había si­do abandonada por la Presidente Kirchner y su Ministro de Asuntos Exteriores, Héctor Timerman en vista de los acuerdos entre los Esta­dos Unidos e Irán.


Pero al día de hoy la mayoría de los argentinos es escéptica respecto de la probabilidad de resultados po­sitivos en el futuro. Y si -tal como se especula- alguno de estos tres episodios fueron operaciones de falsa bandera o la consecuencia de enfrentamientos internos entre fac­ciones de Israel, también eso debe­rá ser probado. No obstante lo an­terior, los líderes del Congreso Ju­dío Mundial tenían otras preocupa­ciones en su agenda: la coordina­ción de una estrategia contra la cre­ciente oposición internacional a las políticas sionistas de Israel; es decir, la expansión del moviminento lla­mado Boycott, Divestment and Sanctions Movement Against Is­rael, que, como es habitual, la prensa dominada por el sionismo y las autoridades del CJM descalifican con el mote de antisemitismo, el modo abusivo habitual de censurar a todo aquel que se oponga a su ominoso imperialismo.

EL ESPÍRITU REVOLUCIONARIO DE LOS JUDÍOS EN LA ARGENTINA

En su monumental obra “El es­píritu Revolucionario de los Ju­díos y su Impacto en la Historia Mundial” (Fidelity Press, Indiana, 2008) el Dr. E. Michael Jones desa­rrolla los fundamentos teóricos e historiográficos que explican la to­ma del control de la cultura esta­dounidense, de la economía y de las instituciones políticas, en particular de la política exterior norteamerica­na.
De acuerdo con muchos exper­tos el gran Kahal de Nueva York ejecuta inflexiblemente su estrategia y sus políticas coordinadamente con Tel Aviv. El otro gran Kahal en las Américas se reúne y opera en Buenos Aires, que fuera de Israel, alberga la segunda población judía más grande después de los Estados Unidos. (Es casi imposible obtener cifras exactas de la población judía en la Argentina, puesto que se ha prohibido preguntar en los censos sobre la identidad religiosa. De acuerdo con algunos expertos de­bería rondar los dos millones de ju­díos, en lugar de la cifra que se acostumbra dar de trescientos mil).
Sin embargo, a pesar de la dis­tancia geográfica entre los Estados Unidos y la Argentina, las similitu­des sociopolíticas, culturales y eco­nómicas en lo relativo a la cuestión judía superan significativamente las diferencias entre ambos países. Aun cuando aceptáramos las cifras mayores, el factor demográfico so­lamente no explica por qué la Ar­gentina es tan importante para los judíos talmúdicos, para los intereses de Israel y para el movimiento sio­nista.




También hay razones geopolíti­cas, económicas, culturales y reli­giosas que tornan atractiva a la Ar­gentina. Además de la ubicación estratégica alejada de áreas calien­tes de conflictos políticos y bélicos; sus fértiles tierras, su extendido frente marítimo, la comunicación entre los océanos Atlántico y Pací­fico, la proximidad a la Antártida y la enorme riqueza ictícola y diversi­dad de recursos minerales y aún la tradición católica de la Argentina -hoy gravemente debilitada- pre­sentan un desafío y una oportuni­dad para los judíos talmúdicos, para el sionismo y para las organizacio­nes masónicas liberales que consti­tuyen un aliado natural del sionismo y una plataforma para su expansión y dominio económico, financiero y político en alianza con los intereses judíos [...]

THEODORE HERZL Y LA REVOLUCIÓN EN LA ARGENTINA

En su famoso libro “El Estado Judío” (1896), Teodoro Herzl (1869-1904), el fundador del sio­nismo dijo: “El plan en su forma originaria es extremadamente simple, tal como debía ser a fin de que todos lo entendieran. La soberanía sobre una porción de la superficie de la tierra nos ha de ser concedida conforme a nuestras necesidades y a nuestras justas ambiciones como pueblo”.
En otro lugar Herzl decía: “Dos países han de ser tenidos en cuen­ta: Palestina y la Argentina. En ambos se han realizado notables esfuerzos de colonización agrícola basados en el principio equivoca­do de una gradual infiltración de judíos. Esto siempre acarreará conflictos. Siempre llega el mo­mento en que los gobiernos, bajo presión de sus poblaciones ame­nazadas, prohíben la inmigración judía. Por tanto, la emigración sólo tiene sentido si se basa en el reconocimiento y la garantía de la propia soberanía” (judía sobre un territorio).
Pero Herzl también hizo la si­guiente confesión: “Por debajo nos convertimos en revolucionarios con el proletariado y oficiales de todos los partidos subversivos; al mismo tiempo nuestra temible ca­pacidad financiera aumenta por arriba”. La profecía de Herzl se ha cumplido en la Argentina (tal como Los Protocolos..., el así llamado Plan Andinia parece una realidad aun cuando su autenticidad no ha sido probada).
El intento judío de subvertir la cultura de la naciones cristianas me­diante actividades subversivas por debajo y la manipulación financiera por arriba nunca ha cesado.
En la Argentina hemos sufrido tanto la subversión de la cultura cristiana mediante la actividad revo­lucionaria como la búsqueda del control y el dominio mediante las prácticas financieras, la usura, las fusiones y adquisiciones hostiles, in­cluyendo la determinación de ocu­par la tierra, en particular los terri­torios de la Patagonia próximos a los hermosos bosques y lagos en la precordillera de los Andes.
La estrategia de canjear deuda externa por territorio ha sido insi­nuada más de una vez. No hace mucho dos israelíes de los cientos que cada año visitan como mochile­ros las regiones de Bariloche, El Calafate y Tierra del Fuego (JNA, 30 de junio de 2008) fueron deteni­dos por actividades incendiarias. Más tarde el gobierno israelí ofreció personal y tecnología para reforestar [...]

UNA INTERPOLACIÓN HISTÓRICA NECESARIA

A pesar de que la guerrilla marxista fue derrotada en el terreno mi­litar por las Fuerzas Armadas de la Argentina, en la guerra de contrainsurgencia que se alzó en los años 1970, aquéllas finalmente ganaron la batalla política. Las Fuerzas Armadas nunca llevaron adelante una reforma institucional profunda y du­radera para restaurar el orden mo­ral y la tradición católica sobre la cual la Argentina fue fundada.
Es más, durante la llamada Gue­rra Fría, y particularmente durante la guerra contra el terrorismo de la guerrilla marxista de los años 1970, los altos mandos del Ejército y de la Marina, contaminados como esta­ban de liberalismo pro-yanqui y ase­sorados equivocadamente por ex­pertos militares franceses veteranos de las guerras de Argelia s Indochi­na, abandonaron o al menos desco­nocieron la doctrina católica de la guerra justa, lo cual los condujo a tomar decisiones políticas y morales erradas que violaban convencio­nes internacionales del derecho de la guerra. A esto se sumó un des­manejo de la economía que llevó a un grave endeudamiento económi­co a instancias del Fondo Moneta­rio Internacional y de plutócratas como David Rockefeller.
Estas concepciones estratégicas equivocadas condujeron a la derro­ta de los militares argentinos duran­te la guerra de las Malvinas y pusie­ron punto final a su influencia polí­tica. Lo que el desastre de Malvinas comenzó, los “derechos humanos” lo acabaron. Desde la debacle de 1983, las Fuerzas Armadas han si­do completamente destruidas, mo­ral y materialmente.


Los guerrilleros que intentaron tomar el poder del Estado en los años 1970, hasta hoy nunca fueron juzgados a pesar de sus innumera­bles crímenes, asesinatos, secues­tros, torturas, bombas, robos y des­trucción de la vida social durante más de una década. Pero los mili­tares que los combatieron e impi­dieron la toma revolucionaria del poder estatal por la guerrilla revolucionaria marxista, han sido someti­dos a los Tribunales de Derechos Humanos de la actual democracia liberal, los cuales constituyen una verdadera burla de la idea de un jui­cio justo. Para dar tan sólo un ejemplo al respecto, el Juez judío Carlos Rozansky, acusado él mismo por sus propios empleados de vio­lar derechos humanos (Romina Manguel. "La Nación”, 20 de noviembre de 2011), condenó al sacerdote católico Christian von Wernich y al ex jefe de Policía Miguel Etchecolatz a prisión perpetua en nombre de los derechos humanos. Este último había investigado la co­nexión Graiver con la guerrilla y ex­puso las operaciones mafiosas de una poderosa red de agentes inmobiliarios judíos.
En la Argentina de hoy hay 2.134 prisioneros políticos, oficia­les y soldados del Ejército, de la Ma­rina y de la Fuerza Aérea, así como policías y civiles como el Dr. Jaime Smart, viviendo en condiciones inhumanas. Sólo 1.107 de esos prisioneros han tenido un proceso legal, y de ese número sólo 681 han sido condenados por delitos ti­pificados, la mayoría en violación de la ley por jueces “ad hoc” designados por los agentes vengativos de la izquierda en la corrupta adminis­tración Kirchner. La edad prome­dio de esos presos políticos es de 73 años. Por último, 341 de estos uniformados han fallecido reciente­mente en prisión [...].

LA HEREJÍA JUDEO-CRISTIANA EN LA IGLESIA CATÓLICA EN LA ARGENTINA

En un país tradicionalmente ca­tólico como la Argentina, los judíos talmúdicos han logrado cooptar a la jerarquía de la Iglesia Católica pro­moviendo una estrategia de encuentros ecuménicos blasfemos ba­jo los auspicios del otrora Cardenal Jorge Mario Bergoglio, hoy Papa Francisco, cuando fuera Arzobispo de Buenos aires y Presidente de la Comisión Episcopal Argentina, po­lítica que hoy continúa en Roma.
El cómplice del Cardenal Bergo­glio en esa campaña de subversión cultural y religiosa era el rabino Abraham Skorka, justificador del “matrimonio” homosexual y recien­temente oficioso maestro de cere­monias del Papa Francisco durante su visita a Israel en el 2014, cuan­do colocó una ofrenda floral en la tumba de Teodoro Herzl.
En el año 2010 la Argentina fue el primer país en Iberoamérica en legalizar el “matrimonio” homose­xual. Esta inicua ley contra el Or­den Moral así como la ley pro-abor­to de Salud Reproductiva fue san­cionada por el Congreso de la Na­ción de la Argentina con el consen­timiento tácito y ambigüedad carac­terísticos del Arzobispo Cardenal Bergoglio (pobremente disimulados con una carta a las monjas Carme­litas). El Cardenal Jorge Mario Ber­goglio no era simplemente un “je­suita” en el mal sentido dado a esa honorable palabra por los enemi­gos de la Iglesia. Su "forma men­tís” era -y es todavía hoy- quintaesencialmente la duplicidad, el doble patrón de conducta y un abierto fa­riseísmo cuando del orden moral y de los asuntos católicos se trata (nunca permitió la Misa Tradicional en su diócesis aún después del motu proprio “Summorum Pontificum” de Benedicto XVI del año 2007; persiguió y aisló a sacerdotes y laicos fieles a la Misa Tradicional, a la Doctrina y a la Liturgia católi­cas de siempre).



En relación al ecumenismo, Ber­goglio no siguió simplemente el guión post Vaticano II de '‘Nostra Aetate”. El libro profético 'La Iglesia Traicionada” (Caponnetto, Antonio, Santiago Apóstol, Bella Vista, 2010) escrito con conocimiento profundo y directo de la personalidad del Cardenal Bergo­glio mostró cómo Bergoglio era la personificación de la herejía judeo-cristiana; cómo construyó y encar­nó las infieles estructuras modernis­tas de la Iglesia en la Argentina.
Más aún, Bergoglio era parte activa de las estructuras institucio­nales del sionismo. Durante largo tiempo estuvo involucrado en la multinacional sionista Fundación Raoul Wallenberg (con filiales en Is­rael, Berlín y casa matriz en Nueva York). En la Argentina está repre­sentada por la Asociación Casa de Israel en Tierra Santa, y la integran agentes conspicuos de la izquierda gramsciana como Francisco Delich o Adolfo Gass; blasfemos profesio­nales como Marcos Aguinis; cipayos judeomasónicos como Carlos Escudé o personajes grotescos de la corrupción moral farandulera como Alejandro Romay, fallecido en 2015. El 30 de marzo de 2004 di­cha fundación dio a Bergoglio una distinción honorífica y sus miem­bros a su vez fueron recibidos con grandes honores el 28 de febrero de 2006 por el Cardenal Bergoglio en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires a fin de participar en una ceremonia plurirreligiosa con li­turgia especial al efecto.
Otros muchos encuentros ecu­ménicos se han sucedido año tras año a fin de conmemorar la Shoa y la Kristallnacht en la Catedral de Buenos Aires. El 9 de noviembre del 2009 Bergoglio permitió que el rabino Alejandro Avruj, sodomita confeso, y defensor militante del “matrimonio” homosexual realizara una liturgia especial en el histórico convento de Santa Catalina junto con Rafael Braun, el influyente sa­cerdote modernista consultor de la revista católica liberal “Criterio”, cuyo editor durante muchos años fue el Cardenal Mejía, otro protec­tor y encubridor de sacerdotes so­domitas.
Es interesante recordar que cuando S.S. Juan Pablo II visitó Auschwitz, el rabino que lo acom­pañaba, interrogado sobre quién sería el sucesor del Papa más afín a sus expectativas, descartó a todos los candidatos excepto uno: el Car­denal Bergoglio, a quien él veía con simpatía. Bergoglio sabía esto. La publicación del libro “El Jesuita. Conversaciones con el Cardenal Jorge Mario Bergoglio, s.j.” (Vergara, Buenos Aires, 2010) por Ser­gio Rubín, influyente periodista sio­nista argentino es otra prueba de la estratagema de Bergoglio para es­calar al más alto cargo de la Santa Sede.




Como Gran Canciller de la rica Pontificia Universidad Católica San­ta María de los Buenos Aires, el Cardenal Bergoglio otorgó el grado de Doctor Honoris Causa a su alter ego, el rabino Abraham Skorka, el 11 de octubre de 2012. En esa ocasión Skorka realizó un encendi­do elogio de los cardenales Bergo­glio y Kasper y sentenció delante de una audiencia de profesores y cléri­gos ahí presentes, que el Nuevo Testamento debía ser revisado en relación al tratamiento de los fari­seos; que las raíces del nazismo que llevaron al holocausto estaban en las enseñanzas de la Iglesia; final­mente terminó su blasfema provo­cación oratoria diciendo: “después de todo, todos estamos esperando al Mesías”. Desvergonzadamente, la mayor parte del público presen­te, incluido el Cardenal Bergolio, aplaudió la afrenta (https://gloria.tv/?media=357609).
El nuevo arzobispo de Buenos aires, Mario Aurelio Poli (el sucesor al Arzobispado elegido por el tán­dem Bergoglio/Skorka) luego he­cho cardenal por el Papa Francisco, siguió los pasos de su antecesor. En noviembre de 2014 en un encuentro organizado especialmente en la Catedral de Buenos Aires pa­ra conmemorar la Kristallnacht, y luego de cubrirse la cabeza con un kippah, Poli dijo que se sentía or­gulloso de su apellido judío.
Otros prelados argentinos si­guieron los pasos del Cardenal Ber­goglio en este asunto. En la Navi­dad del 2015 se nos ofreció a los católicos argentinos un show de Januká y Noche de Paz interpretado por el rabino Marcelo Polakoff y el Obispo Pedro Torres Aliaga, quie­nes cantaron y bailaron juntos, con gran algarabía, tomados del brazo y mezclando imágenes cristianas y ju­días. Como pequeña muestra de la real intención del degradante es­pectáculo, el rabino condescendientemente se refiere al obispo con la palabra insultante “goy” durante su interpretación (https://gloria.tv/media/BcRarznxRvv/postings).
A pesar de -o mejor, gracias al diálogo católico-judío- la subversión de la cultura cristiana en la Argenti­na continúa irrestricta. El “lobby” abortista en la Argentina está finan­ciado por “filántropos” judíos como George Soros y Eduardo Elsztain. El nuevo gobierno de Macri ha de­signado recientemente a Fabiana Tuñez como presidente del Conse­jo Nacional de la Mujer. La señora Tuñez, activista militante a favor del aborto es la fundadora de Casa del Encuentro, ONG pro aborto finan­ciada por el Global Fund for Women, el Fondo de las Naciones Uni­das para la Población e IRSA/Alto Palermo, el conglomerado propie­dad de Eduardo Sergio Elsztain, el "piadoso” judío argentino ex socio de George Soros.
El nuevo gobierno de Macri ha participado activamente en la subversión de la cultura argentina designando en cargos ministeriales a personajes tales como el rabino Bergman, Claudio Avruj y el Dr. Jorge Lemus, entre otros altos funcionarios de su administración. También son de orientación sionis­ta conspicuos judíos que ocupan al­tos cargos en las estructuras de los partidos políticos y en las burocra­cias federal y provinciales.
El rabino Bergman, defensor del matrimonio homosexual, a quien el Cardenal Bergoglio promovió escri­biéndole el prólogo a uno de sus li­bros, llama al Papa Francisco “mi rabí” (maestro) y ocupa el cargo de Ministro de Medioambiente. Clau­dio Avruj (ex Director Ejecutivo de la DAIA en el período 1997-2007, estrechamente vinculado al corrup­to Rubén Beraja, acusado de procu­rar el encubrimiento del atentado de la AMIA. “Resumen Latinoame­ricano APU” Nov30, 2015, Daniel Schnitman) como Ministro de Dere­chos Humanos de Macri, mira con un solo ojo la situación de los pre­sos políticos que languidecen sin juicio en la Argentina de hoy.
Tal como el Papa Francisco, Claudio Avruj permanece en silen­cio frente a la cruel violación de los derechos humanos en curso. El Dr. Jorge Lemus, médico sanitarista, en una maniobra desvergonzada y grotesca como Ministro de Salud durante la gestión Macri del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, firmó el protocolo que permite la realización del aborto en determi­nados hospitales de la ciudad. Lue­go de lo cual, renunció a fin de pre­venir cualquier daño electoral subsiguiente. Pero una vez que Macri ganó las elecciones nacionales, fue designado nuevamente como Mi­nistro de la Salud del gobierno na­cional.

UN LIBRO SORPRENDENTE

El alcance de la subversión judía en la argentina quedó expuesto re­cientemente cuando Fabián Spollansky, empresario judío de la Pro­vincia de San Juan, publicó el libro “La Mafia Judía en la Argentina” (Ediciones Rubin, Argentina, 2008, 335 págs.) dedicado a sus tres hi­jos. Spollansky se describe a sí mis­mo como judío practicante conser­vador pero no ortodoxo y da ocho razones para denunciar lo que se representa como una poderosa y corruptora mafia judía de cuello blanco operando en la Argentina, con “protección espiritual” de la no menos poderosa secta ortodoxa ju­día Jabad Lubavitch a través de su líder espiritual, el rabino Tzvi Grumblat.


Spollansky escribió este libro bien documentado porque él mis­mo fue víctima de las prácticas frau­dulentas y corruptas de cuello blan­co -que incluyen lavado de dinero, fraude a través de préstamos e hi­potecas, manipulaciones de bolsa, maniobras políticas de apropiación y usura- todas llevadas a cabo por una compleja red de empresas lide­radas por Eduardo Sergio Elsztain y su nave insignia IRSA, que debe su enorme crecimiento y expansión a la ayuda inicial del financista judío húngaro George Soros. Elsztain, quien fuera miembro del Partido Comunista Argentino en su juven­tud, hoy es el más grande terrate­niente en la Argentina y el vicepre­sidente y tesorero del Congreso Ju­dío Mundial. IRSA, la empresa in­signia de su conglomerado que in­cluye al fraudulentamente apropia­do Banco Hipotecario, de acuerdo a Spollansky, apoya financieramen­te a la secta Jabad Lubavitch y al ra­bino Tzivi Grumblat, quien a su vez le da asesoramiento y “protección espiritual” para todas las inversio­nes y operaciones comerciales del grupo. Spollansky también denun­cia las corruptas prácticas ilegales de Rubén Beraja, ex presidente de la DAIA (Delegación de Asociaciones Israelíes Argentinas) y ex presidente del poderoso Banco Mayo que con su quiebra estafó a miles de clientes y ahorristas, muchos de la propia comunidad judía.

CONCLUSIÓN

He escrito este artículo por el bien de mi propia patria y de la Igle­sia Católica Apostólica Romana, a la cual pertenezco. Rechazo cual­quier tipo de práctica discriminato­ria por razón de sexo, raza o reli­gión. Creo que es la tarea de toda persona honesta señalar las prácti­cas equivocadas e injustas, los abu­sos y la explotación de personas y grupos humanos, que tanto daño causan al bien común de la familia humana y tornan tan difícil el logro de la paz. Este desafío comporta violar en nuestro discurso las reglas dictatoriales de la corrección políti­ca y correr el riesgo de persecu­ción.
Las palabras liberal y liberalis­mo tal como las he usado aquí, se refieren a una visión del mundo y de la vida o weltanschaung basada en el nominalismo y un espíritu de autonomía y de autosuficiencia (ra­cionalismo, voluntarismo, subjetivismo, naturalismo, deísmo) que re­chaza la ley natural y la ley sobrena­tural en nombre del Iluminismo. Este artículo no se centró en las contribuciones positivas de muchos judíos honestos en mi país sino, por el contrario, en las prácticas grave­mente deshonestas y maquiavélicas del judaísmo talmúdico -divorciadas del Antiguo Testamento y por cier­to del Logos cristiano- que han puesto en entredicho la continui­dad, la identidad y la propia super­vivencia de la Argentina. La Ar­gentina tiene importancia estratégi­ca para los intereses globales del sionismo judío por razones geopolí­ticas, económicas y aún religiosas. El espíritu revolucionario de los ju­díos ha tenido más éxito en alcan­zar sus objetivos en la Argentina que en cualquier otro país del mun­do con la excepción posible de Is­rael. El Rvdo. Padre Julio Meinvie­lle (1905-1973), sacerdote católico, uno de los teólogos más importan­tes del siglo XX, fue autor de obras pioneras notables sobre la cuestión judía, la historia de la influencia gnóstica judía en la cultura a través del espíritu de la Cábala, esa mezcla de filosofías griegas y orientales contrarias a la revelación mosaica. También realizó estudios sobre la naturaleza y el papel del pueblo ju­dío en la Historia de la Salvación.
Tanto el Padre Meinvielle como el prolífico escritor internacionalmen­te aclamado Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría, 1883-1962) -per­seguido hasta el día de hoy por su novela “El Kahal / Oro”- ambos vieron anticipadamente los peligros y errores relativos a un enfoque ecuménico de la cuestión judía, lo cual tal como se ha puesto de ma­nifiesto recientemente en la Decla­ración “Dones...” de la Comisión de la Iglesia Católica para el Diálo­go Católico-Judío, en virtud de la cual se renuncia a la necesidad -y al mandato de Cristo- de buscar la conversión del pueblo judío tanto para su propio bien como para el bien de la humanidad. Sobre este asunto ver: “De «Nostra Aetate» a «Dones». El diálogo católico-ju­dío: una experiencia fallida”, de E. Michael Jones, Editorial Santia­go Apóstol, Bella Vista, 2016.
Ambos escritores rechazaron absolutamente el antisemitismo por ser una forma de pecado. Pero la jerarquía de la Iglesia Católica, en su equivocado intento pastoral pos­terior al Concilio Vaticano II de aco­modarse a la modernidad y a las exigencias de la democracia liberal, no quiso escuchar, llevando al ac­tual estado de confusión, someti­miento a la “dictadura del relativis­mo moral”, a la virtual apostasía en la Iglesia e intranquilidad en el mun­do.