martes, 17 de marzo de 2015

UNA OBRA DE DIOS

 
Mons. Lefebvre y Padre Faure.


«Se dice también que mi obra desaparecerá conmigo porque no habrá obispos que me reemplacen. Estoy seguro de lo contrario; sobre esto no tengo ninguna inquietud. Puedo morir mañana y Dios tiene todas las soluciones. Si hoy se callan, uno u otro de estos obispos recibirá del Espíritu Santo el valor y el impulso de levantarse en su momento. Si mi obra es de Dios, El sabrá conservarla y hacerla servir para bien de la Iglesia. Nuestro Señor nos lo prometió: las puertas del infierno no prevalecerán contra ella.
Por eso me obstino, y si se quiere conocer el motivo profundo de esta obstinación, es éste: En la hora de mi muerte, cuando Nuestro Señor me pregunte: ¿qué has hecho de tu episcopado, qué has hecho de tu gracia episcopal y sacerdotal?, no quiero oír de su boca esas terribles palabras: Has contribuido a destruir mi Iglesia con los demás».

Monseñor Marcel Lefebvre, Carta a los católicos perplejos.