viernes, 15 de agosto de 2014

NO HAY CRUZADA VERDADERA SIN LA OPCIÓN DEL MARTIRIO





“Nuestra intención dice: ‘Rogar por la conversión de los que injurian a Dios’, y reflexionando sobre ella, hemos llegado a un punto que parece más cerca de la inquisición que de la conversión. No es así, sin embargo. Es que los que han llegado a cierta clase de pecado no se convierten con cualquier clase de sermones, ni siquiera con cualquier clase de oraciones. Por eso arriba hemos nombrado el martirio. No obra en ellos el sermón de palabra, sino solamente el sermón de obra. Cristo sabía perfectamente, cuando arrojó a los mercaderes del templo, que con un látigo El no iba a derrotar a los soldados de Caifás ni a la legión de Pilatos; pero sabía también que era parte de su misión hacer aquel gesto de indignación en defensa de la honra de su Padre y después sostener con su vida la autoridad de aquel gesto. Y eso es lo que hacían los mártires cuando volteaban un ídolo y después se dejaban atar para las fieras. No hay Cruzada verdadera sin la opción del martirio; y éste es un pensamiento absolutamente necesario para hoy, en que varios movimientos de espada se adjudican el nombre de Cruzada. San Pedro tenía espada y le cortó la oreja a Malco; pero después fue y negó a Cristo, a pesar de sus buenas intenciones, solamente porque teniendo, en efecto, alma de Cruzado, no había en su alma preparación de mártir. Se había dormido durante la Oración”.

Padre Leonardo Castellani. Los que injurian a Dios, “Cristo ¿vuelve o no vuelve?”.