sábado, 28 de junio de 2014

BOLETÍN DEL MONASTERIO DE LA SANTA CRUZ N° 50, JUNIO DE 2014.- PARTE 1







BOLETÍN DE LA SANTA CRUZ

JUNIO 2014-N°50

Muy estimados amigos y benefactores,

En este momento dramático de la vida de la Iglesia, momento en donde la crisis, prolongándose, toma aspectos completamente inesperados, hay que, más que nunca, llevar a cabo el buen combate de la fe católica con ánimo y valor.
¿Quién hubiera podido creer que un día los benedictinos, capuchinos y dominicos de la Tradición tuvieran a sus candidatos retardados para su Ordenación o amenazados de serlo por haber mantenido una conducta que el mismo Monseñor Lefebvre aconsejó y siguió? ¿Quién hubiera podido creer que uno de los cuatro obispos consagrados por Monseñor Lefebvre sería expulsado de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, siendo que su posición en la crisis actual permanece más fiel a la enseñanza y a las directivas prácticas de Monseñor Lefebvre que Menzingen? ¿Quién hubiera podido creer que antiguos sacerdotes como los padres Faure, Pivert, de Mérode como tantos otros, se encontrarían un día fuera de la Fraternidad para seguir siendo fieles a las orientaciones de Monseñor Lefebvre? ¿Quién hubiera creído que no solamente los sacerdotes, sino también los laicos, entre los combatientes de la primera hora, serían tratados de manera semejante por las mismas razones?
Todo esto es para hundirnos en la angustia y paralizarnos en la acción a realizar para continuar la obra de restauración católica.
Pero no hay que sucumbir a esta tentación. Hay que volver a partir al combate como Monseñor Lefebvre, siempre lleno de ánimo en medio de las peores dificultades. Imitemos a aquellos que nos han precedido, incluso si no somos numerosos, recordemos la visión con la cual el profeta Eliseo fue beneficiado, él, que había orado al Señor de mostrar a su servidor que los que estaban con él eran más fuertes y más numerosos que los que estaban en su contra:
“Y el Señor abrió los ojos de su servidor y él vio, y he aquí que la montaña estaba llena de caballos y de carros de fuego en torno a Eliseo” (IV Reyes VI, 16).
Será lo mismo para nosotros, si permanecemos fieles a la enseñanza y a las directivas de aquel gracias al cual las puertas del Infierno no han prevalecido.

Padre Prior



DOCTRINA

Una recensión anónima acreditada por Menzingen le reprocha al libro del Padre Pivert « Nuestras Relaciones Con Roma » de centrar indebidamente el combate de Monseñor Lefebvre sobre la cuestión de Cristo Rey.
Pero fue el mismo Monseñor Lefebvre que lo afirmó, como lo podemos ver en este pasaje:
He aquí lo que constituye nuestra oposición y es la razón por la cual no existe posibilidad de entenderse. Y no es tanto la cuestión de la Misa, dado que la Misa es precisamente una de las consecuencias del hecho que quiso acercarse al protestantismo y, por ende, transformar el culto, los sacramentos, el catecismo, etc...
 La verdadera oposición fundamental es el Reinado de Nuestro Señor Jesucristo. Opportet Illum regnare, nos dice San Pablo, Nuestro Señor vino para reinar. Ellos dicen no, y nosotros decimos sí, con todos los papas”.
(Mons. Marcel Lefebvre, “La Iglesia Infiltrada por el Modernismo”, Ediciones Fideliter - 1993 – pág. 70).
¿Ha cambiado Menzingen de posición? Nosotros queremos conservar la doctrina y las directivas que Monseñor Lefebvre nos legó porque él es el eco fiel de la Tradición.
Que se relea « Le Destronaron ». Todo está allí. El solo título nos muestra el lugar de Cristo Rey en el combate de Monseñor Lefebvre.
Hay que decir más que eso. Cristo Rey no solamente fue el centro de las dificultades entre Monseñor Lefebvre y Roma liberal. Cristo Rey es el centro del drama de los tiempos modernos. ¿Por qué fue guillotinado Luis XVI? ¿Por qué la Vendée fue devastada, los Estados Pontificios ocupados, García Moreno asesinado, los Cristeros aplastados, quince mil sacerdotes, religiosos y religiosas martirizados en España y la libertad religiosa proclamada en el Vaticano II por solicitud de la organización judía B'nai B’rith? Finalmente, ¿por qué Nuestra Señora pide la Consagración de Rusia a su Corazón Inmaculado sino para que su divino Hijo reine sobre el mundo entero? “No queremos que Él reine sobre nosotros”, gritan los impíos. Nosotros, al contrario, decimos: “Que venga tu Reino”. Este es el centro del combate de Monseñor Lefebvre y de toda la Iglesia de la cual Monseñor Lefebvre fue el hijo más digno, fiel y devoto.
Continúa...