martes, 14 de mayo de 2013

PONTIFICADO DE FRANCISCO ES CONSAGRADO A NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA





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14 de Mayo de 2013

Fátima (Martes, 14-05-2013, Gaudium Press)

Ante la venerada imagen de Nuestra Señora de Fátima el Patriarca de Lisboa, Card. José Policarpo, consagró el pontificado del Papa Francisco, por solicitud expresa del Santo Padre. El acto de consagración tuvo lugar, según lo dispuesto por los Obispos portugueses, al final de la Eucaristía internacional del aniversario número 96 de las apariciones, en el Altar del Recinto de Oración, el pasado 13 de mayo.

Estas fueron las palabras pronunciadas ante la imagen de Nuestra Señora de Fátima por el Card. José Policarpo:

"Santísima Virgen,

1. Estamos a tus pies, los Obispos de Portugal y esta multitud de peregrinos, en el 96º aniversario de tu aparición a los pastores, en esta Cova de Iría, para cumplir con el deseo del Santo Padre Francisco, claramente expresado, de consagrar a Ti, Virgen de Fátima, su ministerio como Obispo de Roma y Pastor Universal. Así te consagramos, Señora, Tú que eres la Madre de la Iglesia, el Ministerio del nuevo Papa: llena su corazón de la ternura de Dios, que Tú experimentaste como nadie, para que él pueda abrazar a todos los hombres y mujeres de este tiempo con el Amor de Tu Hijo Jesucristo (Así sea). La humanidad contemporánea necesita sentirse amada por Dios y por la Iglesia. Así sintiéndose amada vencerá la tentación de la violencia, del materialismo, del olvido de Dios, de la pérdida del rumbo que nos llevará a un nuevo mundo, donde reinará el amor. Dale el don de discernimiento para saber cómo identificar los caminos de la renovación de la Iglesia (empieza la confusión típica del lenguaje modernista y bergogliano), dale el valor de no dudar en seguir los caminos sugeridos por el Espíritu Santo; ampáralo en las horas difíciles de sufrimiento, para superar, en la caridad, las pruebas que la renovación de la Iglesia le traerá (¿más renovación? ¿Pero acaso la Iglesia es vieja? ¿Y si mejor la “renuevan” sacudiéndose el anciano Vaticano II –pues todas las herejías son viejas- y adoptando el Nuevo Testamento, que nunca envejece?). Quédate siempre a su lado, pronunciando con él aquellas palabras que bien conoces: "He aquí la Esclava del Señor, hágase en Mí tu Palabra."

2. Los caminos de la renovación de la Iglesia (sigue la renovación) nos lleva a redescubrir la importancia del mensaje que dejaste a los pastores: la exigencia de la conversión a Dios, que ha sido tan ofendido, porque está tan olvidado (especialmente por los últimos Papas, cardenales, obispos y sacerdotes). La conversión y siempre un retorno al amor de Dios. Dios perdona porque nos ama. Es por eso que su amor se llama misericordia. La Iglesia, protegida por tu solicitud maternal y guiada por este Pastor, tiene que afirmarse, cada vez más, como lugar de la conversión (¿a qué fe?) y el perdón, porque expresa siempre la verdad en la caridad.

Tú indicaste la oración como camino decisivo de conversión. Enseña a la Iglesia, de la cual Tú eres miembro y modelo, a ser, cada vez más, un pueblo de oración, en comunión con el Santo Padre, el primer orante de este pueblo, y también en comunión silenciosa con el anterior Papa, Su Santidad Benedicto XVI, quien eligió el camino de la oración silenciosa, desafiando a la Iglesia a los caminos de la oración (¿?).

3. En tu mensaje a los pastores aquí en Cova de Iría, pusiste de relieve el Ministerio del Papa, "el hombre vestido de blanco." Tres de los últimos Papas se han hecho peregrinos de tu Santuario (pero ninguno de ellos cumplió lo que la Santa Madre de Dios pidió). Sólo Tú, Señora, en tu amor maternal a toda la Iglesia, puedes poner en el corazón del Papa Francisco el deseo de ser peregrino de este Santuario. No es algo que se le pueda pedir por otras razones; sólo la complicidad silenciosa entre Tú y él lo llevará a sentirse atraído por esta peregrinación seguro de que estará acompañado por millones de creyentes, dispuestos a escuchar de nuevo tu mensaje (eso, que difundan el tercer mensaje que siempre ocultaron los Papas modernistas).

Aquí, en este Altar del mundo, él podrá bendecir a la humanidad, hacer sentir al mundo de hoy que Dios ama a todos los hombres y mujeres de nuestro tiempo (¿sólo con sus gestos y sus besos?), que la Iglesia los ama y que Tú, Madre del Redentor, los conduce tiernamente por los caminos de la salvación".

Fátima, 13 de mayo 2013

D. José Policarpo, Cardenal Patriarca de Lisboa y Presidente de la Conferencia Episcopal Portuguesa

Con información de Agencia Ecclesia.