jueves, 31 de enero de 2013

EL CRISTIANO LIBERAL



“El cristiano moderno se siente obligado profesionalmente a mostrarse jovial y jocoso, a exhibir los dientes en benévola sonrisa, a profesar cordialidad babosa, para probarle al incrédulo que el cristianismo no es religión "sombría", doctrina "pesimista", moral "ascética". El cristianismo progresista nos sacude la mano con ancha risa electoral”.


Nicolás Gómez Dávila