martes, 8 de enero de 2013

COMENTARIO ELEISON



Mons. Williamson



LUZ AMARILLA

No todos ustedes, lectores de los “Comentarios Eleison” se toparon con la admirable carta de hace dos meses escrita por el padre Ronald Ringrose al Superior de Distrito de los Estados Unidos de la Fraternidad San Pio X, el padre Arnauld Rostand. El Padre Ringrose ha sido durante más de 30 años el pastor independiente de la parroquia Tradicional de San Atanasio justo fuera de Washington D.C. y durante todo ese tiempo él ha sido un amigo fiel, sin ser un miembro, de la FSSPX. Sin embargo, en Junio del año pasado el alojó en su parroquia la primera junta en los Estados Unidos del núcleo de Sacerdotes que ahora forman la Resistencia por ese cambio de dirección de la Fraternidad, el cual ha estado latente desde hace mucho pero que se hizo claro a todos durante la primavera del año pasado. Como ejecutivo fiel de Monseñor Fellay en los Estados Unidos, el Padre Rostand le escribió para proponerle una junta donde persuadiría al Padre Ringrose que el cambio no era cambio. Esta es la respuesta del Padre Ringrose:-

“Muchas gracias por su carta del 12 de octubre en la cual me ofrece reunirnos para discutir la situación en la Fraternidad San Pio X. Si bien es una oferta muy amable de su parte, lo cual aprecio mucho, no creo que tal reunión servirá para ningún propósito significativo, ya que los problemas se originan desde los más altos puestos de la Fraternidad y usted no está en posición de cambiar eso.

Es verdad que yo he sido un fuerte partidario de la Fraternidad por muchos años. Este apoyo se basaba en el hecho de que mi misión como sacerdote y la misión de la Fraternidad eran uno y el mismo, ayudar a las almas a sostener su fe Católica durante este tiempo en que parecen haber sido abandonados por la Roma pos-Vaticano II.

Ahora debo de ser más cauteloso y reservado en ese apoyo. Estoy alarmado que el Superior General pudo decir que el 95% del Vaticano II es aceptable. Estoy atónito que los dirigentes de la Fraternidad respondieron a tres de los obispos de la Fraternidad sugiriéndoles que están haciendo de los errores del Vaticano II una “súper-herejía”. Estoy decepcionado que la respuesta de la Fraternidad a Asís III haya sido tan débil y anémica. Estoy entristecido por los injustos castigos impuestos por la Fraternidad a los sacerdotes que están siguiendo el ejemplo de Monseñor Lefebvre, estoy indignado por el trato que le han dado a Monseñor Williamson –no solamente por su reciente expulsión, sino por el trato mezquino que ha sufrido durante los últimos años.

Antes de este año, cuando algún fiel me preguntaba acerca de la Fraternidad, yo siempre le daba a la Fraternidad la luz verde. Dadas las recientes acciones de la Fraternidad, ya no doy la luz verde, doy la luz amarilla de precaución. La luz roja vendrá  cuando la Fraternidad se permita ser absorbida por la iglesia conciliar a la que tan vigorosamente resistió Monseñor Lefebvre.

Es con una gran tristeza que escribo estas palabras. Hay muchos buenos, celosos y fieles sacerdotes dentro de las filas de la Fraternidad. A muchos de ellos los conozco personalmente y los admiro. Muchas almas dependen de ellos. Es por amor a la Fraternidad que temo por su futuro. Temo que está en un camino suicida. Los dirigentes podrían pensar que el acuerdo ya no está sobre la mesa, pero me temo que eso no es lo que Roma piensa.

Rezo para que la Fraternidad regrese a la misión que le dio Monseñor Lefebvre sin compromisos ni evasivas. Cuando lo haga, tendrá mi apoyo sin reservas”.


Y el padre Ringrose concluye con saludos fraternales. El es verdaderamente un modelo de lucidez  y cortesía, firmeza y caridad. ¡Larga vida al Padre Ringrose para que mantenga el incomparable bastión del Catolicismo justo al lado de la ciudad capital de los Estados Unidos!

Kyrie eleison.