domingo, 9 de diciembre de 2012

LA IGLESIA CONCILIAR ES MASÓNICA

Octubre, 1962.-Cardenal Bea visitó en N.Y. a Label A. Katz, Gran Maestre de la Orden Judía B'nai B'rith. Pidió apoyo para el Concilio Vaticano II. El masón exigió: 1) Libertad religiosa. Se acabaría con el dogma de que la religión católica es la única verdadera. 2) Levantar la acusación contra los judíos por la muerte de N.S.J.C. La entrevista fue anunciada en los diarios de todo el mundo.
El Concilio Vaticano II aprobó la Declaración Dignitatis Humanae equiparando la Verdad con los errores, con primacía de un supuesto derecho subjetivo del hombre, independiente de los derechos de Dios y, consecuente­mente, laicizando al Estado.
El Concilio aprobó Nostra Aetate declarando que “la muerte de Cristo no puede imputarse ni indistintamente a todos los judíos que entonces vivían, ni a los judíos de hoy”. ¡La judeo-masonería estaba servida! De allí los homenajes masónicos a Juan XXIII, Paulo VI y Juan Pablo II.
En varios países se ha publicado una lista de 60 prelados de la Curia romana, pertenecientes a Logias masónicas. Algunos ya han fallecido. Allí están Villot, Baggio, Poletti, Pellegrino, Suenens... CASAROLI, actual Secre­tario de Estado con J.P.II. Y Bugnini, responsable de la Nueva Misa, protestantizada.

La Resistencia Católica, Lima, Perú, N° 19. XI, 1989.